por Jolene DePaul » 25 Ago 2020 00:22
Título: El Profeta
Disclaimer: Esta historia está basada en personajes y lugares creados por JK Rowling, y pertenecientes a ella. Ningún dinero se ha ganado con esta historia, y no se intenta violar copyrights. Algunos personajes me pertenecen, al igual que la historia aquí desarrollada. Ustedes se embroman por no participar de la trama antes, #IVEGOTTHEPPOWER
Tipo: Suspenso
Little Whinging dormía pero ellos no. Dentro del número cuatro de Privet Drive parecía haber pasado un huracán: Había muebles dados vuelta, destrozados, y desorden por todos lados; la chimenea de piedra tenía la marca de una detonación y los retratos que solían alinearse meticulosamente en su encimera habían sido volteados y rotos. Un sinfín de plumas de los almohadones decorativos inundaban el suelo. Sobre la pared, un mensaje en letras brillantes y rojas le helaba la sangre.
Millicent Bagnold reconoció el final de su carrera política con sólo un vistazo. Ya nadie la reconocería como la Ministra bajo la que se había ganado la guerra contra el-que-no-debe-ser-nombrado, su legado sería el de la Ministra que dejó que alguien tocara al Niño que Vivió.
'UNO DE LOS SUYOS POR UNO DE LOS NUESTROS.'
Emmet, su marido, se paró junto a ella sosteniendo sus hombros como si eso la fuera a mantener en pie. De fondo podía escuchar la voz de Phillip ladrando órdenes a los empleados del Ministerio, probablemente en vano porque sus carreras estaban acabadas.
"¿Qué hallaron en la planta de arriba?" Preguntó la mujer a su marido.
"A los muggles. Intentaron encerrarse en el ático pero los Aurores piensan que los superaban en número."
Millicent asintió.
"¿También el niño?"
Emmet guardó silencio por un instante pero tuvo que responderle eventualmente.
"Lo están buscando. A ambos."
Millicent hizo una expresión dolorosa.
"Esto es un desastre. No teníamos reportes de un ataque de la Hermandad de los Comunes en un siglo." Se pasó las manos por la cara. "¿Dumbledore ya sabe?"
"Probablemente. Trate de hablar con el editor nuevo del Profeta hace un rato pero no me quiere contestar."
"Lo que quiere decir que probablemente ya tienen la primicia y la están imprimiendo." Asumió Millicent, con voz sombría. Imaginaba el titular: El niño que vivió, 9, desaparecido.
Ambos guardaron un minuto de silencio por todas las hazañas que ahora nadie recordaría de su gobierno. Y entonces, la puerta del armario bajo las escaleras se abrió y un niño regordete con la cabeza cubierta de sangre salió de allí, mirando a la pareja con expresión confundida.
"¿Quienes son ustedes?" Consultó Dudley Dursley, con voz asustada. "¿Dónde están mis papás?"
Millicent miró a Emmet.
"Llama a Ralph. Ya."
Jolene abrió los ojos al escuchar el sonido del timbre, mirando el despertador. Cuatro de la mañana, por el amor de todas las pociones Multijugos y tablas Ouija.
Henry ya estaba despierto, junto a la ventana, mirando la entrada de su coqueta casa Londinense que sus papás actores de peliculas de Hollywood pagaban por pura culpa. Si el precio a pagar por el cargo de conciencia de haber hecho que su hija del medio tuviese problemas de control y de imagen era una casa en un barrio bonito, era uno barato para pagar.
Henry no parecía haber dormido en toda la noche, como desde hacía semanas. No podía creer que hubiese sido tan ingenuo de creer en la ridícula predicción de la abuela gitana de Alessa, se estaba empezando a arrepentir de la reunión del Club del Miedo.
"¿Quien es?" Preguntó ella, envolviéndose en una salida de cama mientras lo seguía de cerca. Henry salió de la habitación, en silencio, con cara de resolución. "¡Henry, quién es, deja de actuar como un zombie!"
Henry no contestó, bajó la escalera hasta llegar al portico de entrada, con Jolene sobre sus tobillos. Abrió la puerta.
"¿Henry Archer?" Saludó una cara conocida, ignorandola.
¿Acaso era la Ministra de Magia la que estaba parada en su puerta, escoltada por otras tantas caras famosas? Automáticamente, Jolene se paró frente a él, como una suerte de escuálido escudo humano.
"Soy yo." Respondió el tarado de su novio.
"¿Podemos pasar? Queremos dialogar con usted de una organización llamada..."
"La hermandad de los Comunes." Completó Henry, abriendo paso.
Jolene no se movió.
"No tenemos nada que ver con esos psicópatas. No sé qué está pasando pero a esta casa no entra nadie hasta que hablemos con un abomago." Declaró, feroz.
"Jolene, déjalos pasar." Empezó Henry.
"No me digas qué hacer, Archer. Vé a llamar a tu amigo con el palo en el culo y a tu jefa, que venga el pendejo promiscuo del cabello ridículo. No tenemos nada que hablar con esta gente sin las documentaciones correspondientes." Insistió, enarcando las cejas y moviendo sus ojos entre los dos o tres magos que parecieron mover sus manos hacia la funda de tus varitas. "Si piensa que la invitaré a mi casa a hablar de gente con la que no nos relacionamos sólo por ser la Ministra de Magia, señora, se está metiendo con la bruja equivocada. Derriben la puerta de mi propiedad y mírenme hablar con el Profeta acerca de invasión a la propiedad privada."
Cerró la puerta de un portazo y miró a Henry, que lucía agotado.
"No hay tiempo para esto, Jolene."
"¿Sabes para qué no tengo tiempo? Para que digas más de lo que te conviene y termines en Azkaban, Archer. No voy a criar a tu hermana sóla porque no soy una jodida santa."
Henry negó con la cabeza, apretando los labios, y la esquivó para abrir la puerta y volverse a la Ministra.
"¿Uno de los suyos por uno de los nuestros?" Preguntó, buscando su mirada. Ante el asentimiento de la Ministra, negó con la cabeza. "Es tarde. El Ritual de Fraymont ocurre a medianoche. Lo siento."
El callejón Diagón estaba de luto.
Danny Geldof era demasiado joven para saber quién era, sólo había escuchado cuentos miticos de él y sus padres. El niño que vivió y los heroicos James y Lily Potter.
Miró la foto de la Ministra de Magia en la primera plana, renunciando a su puesto, bajo el titular 'Harry Potter, 9, hallado muerto en ritual muggle'. Hojeó el Profeta con curiosidad: 'Cornelius Fudge, Ministro interino', 'Quienes son La Hermandad de los Comunes y qué buscan', 'Terror en el Reino Mágico: ¿Temporada de caza de brujas?'

Keep calm and zorras, todas zorras