Los domingos familiares en Beaconsfield eran considerados uno de sus momentos favoritos en la semana, repleto de un par de actividades ecuestres, comida al aire libre y competencia. Si había algo que podía distinguir a su familia era el gusto por la competencia sana. Estaba de pie a un lado de la gran mesa de madera dispuesta a la sombra de un par de árboles muy cerca de la pequeña laguna del lugar, sobre el mantel a cuadros rojo y negro había dispuesto bocadillos, pan, galletas, algo de carnes frías, queso.... todo muy dispuesto para un almuerzo en forma pero al mismo tiempo ligero y frío porque estaban al aire libre.
No tenía la más pálida idea de en donde estaban sus hermanos o su papá, probablemente compitiendo, a lo lejos cerca del lago podía ver a Mila que lanzaba la pelota a su enorme perro doberman sin oreja que parecía más que encantado con la atención. Roan probablemente estaba a las competencias con Ryder y Elsa... o no, la verdad es que en algún punto se habían dispersado y ella había terminando por sentarse a la mesa con su mamá a beber un poco de té, refrescarse un poco.
De pie tras la valquiria de los cuentos, Pippa cepillaba su cabello, sabía que su mamá se fastidiaba pero también sabía que cedía porque era su mamá y estaba pasando tiempo con ella que no fuera en competencia. Los dedos ágiles de Pippa trenzaban el cabello oscuro y largo de mamá en una trenza por mucho, menos simple que la que se había hecho antes, rodeando su cabeza, algo parecida a la suya pero que terminaría en un moño con forma de rosa. Le gustaba peinar a su mamá, era algo que hacían juntas, probablemente a regañadientes, pero juntas a demás de montar y entrenar.
"Crees que papá este usando su vieja excusa mientras juega con Ry y Roan?" le preguntó mientras colocaba las horquillas par que la trenza se sostuviera en su lugar, estaba sumamente concentrada.