por Minka Purkinje » 19 May 2018 17:58
Minka era delgada pero no piel y huesos, esa tendencia magra sesentosa no era muy de ella. En primer lugar, la constitución enfermiza y endeble, vulnerable y eterea requería más esfuerzo del que ella estaba dispuesta a dar. Domenica no tenia interés alguno en emanciarse o hacer deporte para mantener la forma. En segundo lugar, tener una relación sana con la comida hacia que tuviera un cabello fabuloso, color rozagante y tetas y trasero redondos. Realmente no veía el caso de tener desordenes alimentarios, disculpen la ignorancia.
Sin embargo, estaba pasando por un período extraño con su alimentación. Si bien la fuera británica no era sustancialmente distinta a la americana, los horarios si le parecían extraños. Minka estaba acostumbrada a comer a básicamente cualquier hora y esto de hacer solo cuatro comidas la dejaba con hambre. Por eso, cuando escuchó que las cocinas estaban en el subsuelo, no dudo en concurrir a ese piso esperando que algún alma generosa le informara la dirección de tan secretos cuarteles.