No iba a decir que no le gustaba tener a pequeñas niñitas nerviosas detrás suyo, a Sylvester aparentemente le gustaba tener fans a pesar de intentar pasar desapercibido. La atencion femenina le gustaba un montón, no iba a mentir, sobre todo porque él no tenía demasiados nervios por interactuar con mujeres desconocidas. No sentía particularmente nada, a decir verdad, más que la necesidad de preguntarse qué podía necesitar de ellas.
Y como recibía atención de sobra en sus pantalones a pesar de ser un estúpido alumno en un internado, tampoco era como si la libido lo pudiera descontrolar.
Entrecerró los ojos. "Tengo un par de enfermedades preexistentes al puntillado así que la enfermera me tiene que hacer un seguimiento muy exhaustivo." Explicó de forma relajada, mientras que volvía a tomar asiento en la camilla.
"Si sigues rompiendo reglas, tal vez te toque hacerlo a ti."